Cuando termina una relación, termina una era, termina una vida, termina algo que teníamos y empieza algo nuevo, diferente. Es un cambio que a algunos les afecta un poco más que a otros, o por más o menos tiempo. Pero al final a todos nos mueve el mundo al menos lo suficiente para considerar que este cambió.
Es como si parpadeáramos y durante el instante en que teníamos los ojos cerrados, alguien hubiera hecho trampa y moviera todo un par de centímetros hacia la izquierda, y cuando abrimos los ojos luego de ese instante, todo parece estar fuera de lugar, las cosas parecen no estar donde deberían, como todo se movió, ahora tropezamos con cosas que antes no estaban ahí, o siempre han estado pero antes no las notábamos porque estábamos acostumbrados a esquivarlas, antes movíamos un pie, corríamos una mano, lo esquivábamos y no lo tocábamos a menos que lo quisiéramos. De repente ahora, y 2 centímetros hacia la izquierda, esos objetos en nuestras vida, que además tienen esquinas y orillas filosas, nos golpean cuando pasamos, nos lastiman, nos hacen moretes y a veces cortaduras.
Pero entonces me detengo, no camino, evito moverme para no golpearme contra todas esas cosas que están alrededor mío (que para hacerlo más grave están 2 centímetros hacia la izquierda, y no donde yo las había colocado) y ahora me están haciendo daño, me golpean, me cortan. Una vez quieto, decido dar un vistazo a mi alrededor, observo, analizo, y entonces me doy cuenta que todo lo que estaba a ahí, sigue ahí, en el mismo lugar, donde estaba antes, me doy cuenta que fui yo el que me moví ... 2 centímetros hacia la derecha ... y entonces entro en razón que ese cambio fue voluntario, pensado, planeado, y que no solo tengo que asumir responsabilidad por haberlo hecho, sino que tengo que recordar que ahora tengo que esquivar 2 centímetros a la derecha todas esas cosas que están ahí, que no me golpean, sino que yo me golpeo con ellas si no se como usarlas para mi bien y mi crecimiento.
Y entonces puedo caminar tranquilo y naturalmente, para darme cuenta, en algún momento cercano que ni los objetos en mi mente están 2 centímetros a la izquierda ni yo 2 a la derecha, sino que tanto yo como mi entorno nos movimos, juntos, no hacia la izquierda ni hacia la derecha, sino hacia adelante ... siempre hacia adelante
martes, 28 de octubre de 2008
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